Este retrato no representa a un individuo humano genuino, sino a una "modelo de IA", una creación generada por computadora. Esta entidad digital cuenta con una audiencia de más de 120,000 seguidores en Instagram, generando considerables ingresos para sus creadores mediante la promoción de diversos productos. Estos ingresos se obtienen mediante la creación constante de nuevas imágenes de la misma entidad, cada una exhibiendo prendas de diferentes marcas, entre otros elementos (fuente).

A pesar de que muchos son conscientes de la naturaleza artificial de estos "modelos de IA", la cantidad de seguidores que acumulan sugiere una aceptación generalizada. Este fenómeno pone de manifiesto la familiaridad de la sociedad con un mundo virtual en el que la autenticidad de la representación humana está tan filtrada que rara vez se refleja la realidad de las vidas en línea.

Esta tendencia puede entenderse como una consecuencia previsible en una sociedad predominantemente orientada al comercio, donde el impulso económico actúa como fuerza motriz en diversas manifestaciones. En este contexto, cada avance tecnológico se canaliza hacia objetivos comerciales, generando una cantidad significativa de residuos y preocupaciones éticas.

El comercio, en su esencia más básica, implica el intercambio de bienes y servicios. Este proceso fomenta el consumo desmedido, el desarrollo de dispositivos intrusivos en la privacidad, la contaminación ambiental y, en muchos casos, la explotación laboral, aspectos que algunos identifican como características inherentes al sistema capitalista. Sin embargo, preferimos evitar el término "capitalismo" en nuestros materiales TROM, ya que consideramos que es un concepto cargado de prejuicios y que no refleja adecuadamente la complejidad de nuestra sociedad moderna, donde el comercio desempeña un papel central.

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